miércoles, 22 de agosto de 2012

Pisístrato y la Tiranía de Atenas


Se puede observar una connotación negativa en el uso de este término, pero yo me voy atrevería a decir que en los inicios de la Tiranía, este concepto es más positivo que negativo.
Aparecen en un contexto donde el poder lo disfrutaban unos pocos a costa del abuso sobre la gran mayoría. La justicia se ejecutaba arbitrariamente, por derecho consuetudinario o de costumbres ancestrales, pero con un toque de “al gusto del consumidor”. Los desamparados no tenían otra opción que aceptar imposiciones. Desamparados en cuanto a derechos, pero tenidos en cuenta para las obligaciones fiscales y demás servicios y quehaceres del Estado, que, repito, era una forma de propiedad de unos pocos.
En la Antigua Grecia la tiranía era un régimen de poder absoluto que instauraba un tirano, normalmente por golpe de Estado Militar o porque el pueblo aclamaba a una persona que concentre el poder en ella misma. La gente recurría a este autoritarismo populista (que es otra de las connotaciones peyorativas que se le da a esta forma de gobierno) para aminorar los abusos que ejercían los aristócratas y reyes-sacerdotes. Normalmente los Tiranos perjudicaban los intereses de “los de arriba” para proteger a “los de abajo”. Está claro que la clave pesimista de este término viene configurada por las clases “de arriba” quienes en ese momento tenían capacidad para distorsionar la realidad, persuadir en la mente de los otros y establecer lo que era bueno y lo que era malo a costa de sus propios intereses. Los de abajo, ignorantes de la vida, asumían lo que hiciera falta cuando las directrices emanaban de la autoridad, sea bueno o malo para ellos. Las clases oligárquicas distorsionaban cualquier concepto a favor suyo, hasta que las clases populares pudieron reunir fuerzas para hacerse oír.
En Atenas destacaría a Pisístrato y la dinastía tirana Pisistrátidas. Pisístrato fue considerado como uno de los siete sabios de Grecia. Se enfrentó a la política ateniense de la Llanura y la Costa, pues él era de la Montaña. Digo esto, porque en la Grecia de aquella época, Atenas dividía sus habitantes geográfica según dónde estaban situados, y paradójicamente cada región desarrolló unos intereses propios. Pisístrato fue contra los intereses de los propietarios de la Llanura, para favorecer los intereses populares. Consiguió apoderarse de la Acrópolis (ciudad alta donde se desarrollaba la vida pública, religiosa y cívica) y derrocó la aristocracia, situando la ciudad bajo su propia autoridad. Basó su legislación en Solón, y realizó importantes reformas agrarias que beneficiaban a los más perjudicados hasta entonces, concediendo ayudas, y fomentando el comercio y la industria.
Se preocupó especialmente del campesinado y de la pequeña propiedad que entonces comenzaba a ser absorbida por los grandes terratenientes. Hipias e Hiparco fueron los sucesores y tras ellos comenzó el cambio de opinión donde la población añoraba el régimen previo.

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