Esta segunda parte de la carta que os escribo va fundamentalmente dedicada a una persona que he conocido hace poco y con la que tengo una historia mágica y de cuento de hadas. Me llena de felicidad cada día que pasa. Es experto en comprenderme y animarme cuando ve que me cuesta levantar la cabeza. Es fundamental en mi vida. Es justo el punto de equilibrio que necesitaba. Una gran persona que me demuestra con hechos todo lo que dice con palabras en cuanto a sus sentimientos. Tiene un grado de coherencia con la vida digna de ser adorada. Disfruta del mínimo detalle y hace ver la felicidad con mucha facilidad.
Por eso pido que se cumplan todos sus deseos. Que se le faciliten las cosas. Ha luchado muchísimo para estar en pie y aún así tiene una sonrisa para cada ocasión por mala que se presente. Merece un camino algo más limpio en su vida donde poder pisar fuerte sin hacerse daño.
De paso voy a pedir algo yo y es no permitir bajo ningún concepto perderlo de vista. Es de las pocas personas que quisiera tener a mi lado durante toda la vida y nunca lo he visto tan claro como lo veo ahora.
Te quiero mucho mi ying.
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