Tal día como hoy empezaba a apagarse una luz y empezaba a formarse una estrella en el cielo. Hace ya 17 años. Yo no tenía tampoco mucho conocimiento pero siempre me ha quedado la espina de lo mucho que pude haber aprendido de esa persona que nos dejó. Del gran vacío que me dejó cuando por aquel entonces ni siquiera tenía consciencia de ello. Tal día como hoy, fue la última vez que vi movimiento en sus ojos, cuando le di la noticia de que se me había caído una muela y que me estaba haciendo mayor. Lo que quería era que se alegrara por mí. Pero él sólo tenía fuerzas para llorar porque seguramente sabía que le quedaba poco por ver en este mundo y no seguiría viéndome crecer. Ni a mí ni al resto de sus nietos.
Fue una gran persona. Era el padre de mi padre. Con ideas propias y siempre defendiendo su propia filosofía. Quizás él alimentó la curiosidad en mi padre sobre las cosas, que luego me cayó a mí como un regalo. Es el gran legado que nos dejó. Pero ahora que tengo tantas preguntas, sólo puedo conformar con recordarle, y pensar que, dondequiera que esté, estaría contento de saber que a pesar de la distancia, tanto en el tiempo como en la distancia, le recordamos como si fuera ayer.
La entrada de hoy se la dedico a él. Porque nunca pude decirle palabras sobre lo que siento por él.
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